martes, 24 de agosto de 2010

Mermelada de Tomate

Debido al superávit tomatero que estamos “sufriendo” en estos días, he decidido darles salida cocinando mermelada de tomate.


La mermelada tiene su origen precisamente en esto último, la necesidad de conservar la fruta excedente.

Una vez en clase de francés, nos contaron la historia que rodea a la etimología de la palabra. Dicen que fue creada en 1561, cuando a Maria, Reina de Escocia le prepararon una mezcla de naranja y azúcar para paliar los mareos que sufría; se supone que el término deriva del francés “Marie est malade”, (María está enferma), aunque según fuentes escritas, ya en Roma existían métodos similares para conservar la fruta.

Pero dejemos la teoría y pasemos a la práctica:



Ingredientes:


1 kilo de tomates maduros.
750 gramos de azúcar.
el zumo de un limón.
Un chorreoncito de licor.
Un clavo.


Elaboración:

1º Le quitamos la piel a los tomates. Podemos pelarlos a cuchillo o escaldarlos en agua hirviendo durante tres minutos aproximadamente para después pelarlos. Los cortamos un trozos grandes, le añadimos el azúcar, el lico y el clavo y lo dejamos reposar en la nevera durante 12 horas como mínimo, para que el tomate suelte el jugo y se mezcle con el azúcar.

2º Lo ponemos a cocer en un olla a fuego medio durante 50 minutos, sin dejar de remover con una cuchara de madera, aquí está el truco! No podemos despistarnos porque corremos el riesgo de que se nos pegue.

3º Una vez que hayan pasado esos 50 minutos removiendo (más o menos un sesión de gimnasio), además de que tendréis un ligero dolor en el brazo, el agua de los tomates se habrá evaporado y la mezcla tendrá un consistencia melosa. Es el momento de dejarla enfriar un poco y rellenar los frascos, q por supuesto anteriormente habremos lavado muy bien.

4º Cerramos los botes herméticamente y los colocamos en una olla cubiertos de agua. Al calentar el agua durante unos 15 minutos, saldrán pequeñas burbujitas, que no son más que el aire que había entre el frasco y la mermelada, de esta forma conseguimos envasarla al vacío. Lo dejamos enfriar lentamente dentro de la olla, para evitar los cambios bruscos de temperatura et… voilà!!! Nuestra deliciosa mermelada de tomate.

Es un condimento perfecto para quesos, foie, tostadas… aunque los más golosos (yo me encuentro entre ellos) como mejor la disfrutarán será metiendo el dedo y chupándolo!

1 comentario: